¿POR QUÉ LO OLVIDAMOS?

Walter Jr.  Marcos 9, 30-37

Camino de Jerusalén, Jesús sigue instruyendo a sus discípulos sobre el final que le espera.  Marcos dice que «no entendían lo que quería decir, pero les daba miedo preguntarle».

Jesús les pregunta: « ¿De qué discutíais por el camino?».

¿De qué discutimos hoy en la Iglesia mientras decimos seguir a Jesús?

«Quien quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos». En el grupo que sigue a Jesús, el que quiera sobresalir y ser más que los demás ha de ponerse el último, detrás de todos; así podrá ver qué es lo que necesitan y podrá ser servidor de todos.

Luego Jesús abraza al niño. Quiere que los discípulos lo recuerden siempre así: identificado con los débiles. Mientras tanto les dice: «El que acoge a un niño como este en mi nombre a mí me acoge, y el que me acoge a mí acoge al que me ha enviado».

La enseñanza de Jesús es clara: el camino para acoger a Dios es acoger a su Hijo Jesús presente en los pequeños, los indefensos, los pobres y desvalidos. ¿Por qué lo olvidamos tanto?