«…Y OS HARÉ PESCADORES DE HOMBRES»

Punta Chueca-Sonora (México) Grupo Ekumene Foto : Amaya Martínez

 

Marcos 1,14-20

No sabemos con certeza cómo reaccionaron los discípulos del Bautista cuando Herodes Antipas lo encarceló en la fortaleza de Maqueronte.  Conocemos la reacción de Jesús. El evangelista Marcos lo resume diciendo que «marchó a Galilea proclamando la buena noticia de Dios». Jesús no repite la predicación del Bautista ni habla de su bautismo en el Jordán. Anuncia a Dios como algo nuevo y bueno. Este es su mensaje.

«Se ha cumplido el plazo» Con Jesús comienza una era nueva. Dios no quiere dejarnos solos ante nuestros problemas, sufrimientos y desafíos. Quiere construir junto con nosotros un mundo más humano.

«Está llegando el reino de Dios» Jesús experimenta a Dios como una Presencia buena y amistosa que está buscando abrirse camino entre nosotros para humanizar nuestra vida. Por eso toda la vida de Jesús es una llamada a la esperanza. Hay alternativa. Es posible un mundo más justo y fraterno. Podemos modificar la trayectoria de la historia.

«Convertíos» Ya no es posible vivir como si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos colaboración. Por eso grita Jesús: «Cambiad de manera de pensar y de actuar».

«Creed en esta buena noticia» Tomadla en serio. Despertad de la indiferencia. Movilizad vuestras energías. Creed que es posible humanizar el mundo. Creed en la fuerza liberadora del Evangelio. Creed que es posible la transformación. Introducid en el mundo la confianza.

¿Qué hemos hecho de este mensaje apasionante de Jesús? ¿Cómo lo hemos podido olvidar? ¿Con qué lo hemos sustituido? ¿En qué nos estamos entreteniendo si lo primero es «buscar el reino de Dios y su justicia»? ¿Cómo podemos vivir tranquilos observando que el proyecto creador de Dios de una tierra llena de paz y de justicia está siendo aniquilado por los hombres?