NADIE TIENE LA EXCLUSIVA DE JESÚS

Los discípulos se acercan a Jesús con un problema. Un exorcista no integrado en el grupo está echando demonios en nombre de Jesús. Por eso, han tratado de cortar de raíz su actuación. Esta es su única razón: «No es de los nuestros».

Los discípulos dan por supuesto que, para actuar en nombre de Jesús y con su fuerza curadora, es necesario ser miembro de su grupo.

¿Es realmente así? ¿Qué piensa Jesús?

Sus primeras palabras son rotundas: «No se lo impidáis». El Nombre de Jesús y su fuerza humanizadora son más importantes que el pequeño grupo de sus discípulos.

No quiere Jesús que entre sus seguidores se hable de los que son nuestros y de los que no lo son, los de dentro y los de fuera, los que pueden actuar en su nombre y los que no pueden hacerlo. Su modo de ver las cosas es diferente: «El que no está contra nosotros está a favor nuestro».

Es un error vivir como creyentes viendo en todas partes hostilidad y maldad, creyendo ingenuamente que solo nosotros somos portadores del Espíritu de Jesús. Él no nos aprobaría. Nos invitaría a colaborar con alegría con todos los que viven de manera evangélica y se preocupan de los más pobres y necesitados.»