El pasado sábado, 13 de febrero, tuvimos, como cada año, el encuentro de profesores Ekumene de los colegios de Almansa y Almoradí. Como no podía ser de otro modo, el encuentro fue virtual, pero no por ello menos rico y sentido.
El objetivo del encuentro, además del de la convivencia, era el de la formación en gestión emocional y en la iniciación a la meditación como herramienta en nuestro trabajo de docentes en este momento difícil de la pandemia.
El encuentro llevaba por título “espacios azules de conexión”, corrió a cargo de las ponentes Carmen y Coral. En un primer momento se nos explicó algo que ya sabíamos, pero que olvidamos a menudo: la capacidad que el grupo humano tiene para sanar y calmar y, sobre todo, para devolver la esperanza. A veces las emociones nos bloquean y generan conflictos y es importante aprender a desintoxicar sentimientos que subyacen en nuestra labor docente, como la ira, el miedo o la tristeza. Si creamos espacios grupales de conexión con los demás, con Dios y con el planeta, aprenderemos a tomar conciencia del aquí y el ahora de nuestro ser y esto nos ayudará a gestionar todo aquello que puede estar enturbiando o impidiendo nuestra labor educativa.
Durante la mañana hicimos círculos de conexión en grupos pequeños y en salas diferentes. Respetando siempre las cuatro normas básicas: hablar con el corazón, escuchar desde el corazón, no ensayar y decir lo justo, respondimos a preguntas en las que expresamos lo que nos está resultando más fácil y más difícil en esta situación de pandemia, el papel que elegimos “jugar” en ella y lo que hemos aprendido de todo esto.
Además hicimos una práctica de meditación para tomar conciencia personal de que la ansiedad se nos “cuela” cuando no resolvemos bien las emociones. Meditar es despertar, no “vivir en automático”; identificar aquello que nos debilita. Después de la meditación, acogeremos la energía vital del amor, la paciencia, la generosidad y el perdón. Meditar no es quedarse pegados a la parte mental sino transcender para que emerja en nosotros la creatividad, la intuición y la claridad de una voz interior que puede aparecer más adelante al haber estado conectados a nuestra espiritualidad y a nuestro ser. Los frutos pueden llegar después, fuera de la meditación, pero la raíz estará en esta manera distinta de vivir y de mirar.
Por la tarde celebramos el XXIV Aniversario en memoria de D Domingo Solá. Resultó ser un encuentro emotivo donde compartimos con toda la familia Ekumene una acción de gracias y unos recuerdos de quienes lo conocieron personalmente.
Una dificultad, la situación de la pandemia que nos impidió una convivencia como la de años anteriores, se convirtió en la oportunidad de encontrarnos con misioneros y maestros y maestras de El Congo y de México, con los que nunca habíamos tenido la ocasión de convivir.
Resultó ser un encuentro muy emotivo, gracias a la aportación de las vivencias de todos y todas que nos hicieron experimentar una unidad y un sentimiento de gratitud por pertenecer a Ekumene, que tanto ha impactado en nuestras vidas.
Alicia Castillo Miró
Colegio Santa María de la Huerta-Almoradi
